Columna de opinión «Inteligencia Artificial: un nuevo desafío para la propiedad intelectual»

Por Sebastián Reyes, director de Transferencia Tecnológica de OpenBeauchef

El 2023 ha estado marcado por los avances de la Inteligencia Artificial (IA). La incursión de Chat GPT y Bard son una pequeña muestra de una serie de herramientas que están surgiendo al alero de la IA como apoyo a diferentes ámbitos técnicos, generando interrogantes en todo el mundo sobre sus reales aportes y alcances.

Ha quedado de manifiesto que estas tecnologías ya están generando un impacto considerable en la creación, producción y distribución de bienes y servicios económicos y culturales, y dicha huella probablemente se incremente de manera sostenida en el tiempo.

Sin embargo, también hay quienes la ven con distancia y preocupación. Desde el lingüista estadounidense Noam Chomsky hasta el músico británico Sting, ex líder de la banda The Police, plantean la imposibilidad de que estas iniciativas desplacen a los seres humanos, poniendo énfasis en la capacidad creativa y la forma de construir el lenguaje de las personas.

¿Qué pasa en el ámbito de las creaciones e invenciones desarrolladas por IA?

A la fecha, estas no pueden ser protegidas vía patentamiento ni derecho de autor, por la simple razón que no fueron creadas por un ser humano. Así, estas herramientas interactúan de diferente manera con la propiedad intelectual, por lo que el análisis planteado por instancias como la OMPI van dando los primeros pasos hacia la modificación del sistema vigente, el que fue creado en un mundo donde la IA era ámbito de la ciencia ficción. La finalidad es brindar una protección equilibrada y necesaria a las obras generadas a partir de estas herramientas tecnológicas, bajo requisitos claros y marcos conceptuales definidos.

Ya en 2019, la OMPI adelantaba que aspectos como las patentes, el derecho de autor y derechos conexos, datos, dibujos y modelos, marcas y secretos comerciales, se verían afectados de alguna u otra manera por el avance sistemático de estas tecnologías.

El 2022 fue la última sesión de estos diálogos, donde la OMPI reforzó su visión: un mundo en el que la Propiedad Intelectual apoye la innovación y creatividad desde cualquier lugar para el bien de todos.

“Esta visión sólo puede ser alcanzado a través de un diálogo abierto y conectando con una amplia y diversa gama de partes interesadas, desde las OMPI hasta los usuarios de la PI, las grandes empresas, las Pymes, los jóvenes, los innovadores, los creadores y Profesionales de la P.I”, se puede leer en el documento resumen del encuentro.

Este trabajo multisectorial e interdisciplinario se extenderán por al menos dos años más, donde especialistas seguirán compartiendo conocimientos y planteándose interrogantes que permitan una aproximación a todas las aristas de este proceso.

Pero, más allá de las visiones catastrofistas, deberíamos comprender que la IA nos plantea una oportunidad única para impulsar la innovación en el mundo, ampliando los recursos disponibles para la creatividad, reduciendo las limitaciones que surgen a propósito de las diferentes capacidades que tiene cada nación en función de su nivel de desarrollo e ingreso per cápita.