COP26: avanzamos, pero ¿Qué tanto?

Por Isabella Villanueva García – Ingeniera Civil y Presidenta de ONG CEUS Chile

Integrante delegación Universidad de Chile en la COP 26

La Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) es la cumbre anual más importante sobre crisis climática. No solo congrega miles de actores relevantes en este tema alrededor del mundo, sino que es donde se negocian y cierran los acuerdos más importantes para que los países tomen acción en cuanto a mitigación y adaptación del cambio climático.

La última versión de esta conferencia, que es la número 26, se llevó a cabo entre el 31 de octubre y el 13 de noviembre en Glasgow, Escocia. Varios hitos marcaron dos semanas de multilateralismo climático. Algunas más positivas que otras, algunas más ambiciosas que otras.

Podemos ver diferentes opiniones sobre el resultado de la COP26. Desde que sus resultados son Bla, Bla, Bla[1] o hasta una frágil victoria[2]. Lo cierto es que -a mi modo de ver- no es ni negro ni blanco, ni blablá ni menos victoria (aunque sea frágil).

Lo primero es entender la complejidad que conlleva el multilateralismo porque poner de acuerdo, a través del consenso, a 197 partes (o sea, países o agrupaciones de ellos, como la Unión Europea) no es trivial. Basta imaginar lo difícil que es encontrar consenso entre un par de personas para dimensionar lo complicado de este tipo de negociaciones, donde el acuerdo debe ser alcanzado por países con diferentes contextos, culturas, situaciones socioeconómicas, regímenes políticos, entre tantos otros factores.

  • Dicho eso, estos fueron algunos de los resultados (positivos o negativos) de la COP26[3]: (+) Cierre de la negociación del Artículo 6 del Acuerdo de París (enfoques cooperativos de mercado y no mercado) y, con ello, se finalizó el Libro de Reglas de este acuerdo; (-) No se alcanzó la meta de financiamiento de USD 100.000 millones; (-) No se logró financiamiento específico para pérdidas y daños; (-) Lenguaje no vinculante para el envío de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs, por sus siglas en inglés); (+) En paralelo, existieron una serie de compromisos en torno a deforestación, reducción de emisiones de metano, alianzas para terminar con el uso de combustibles fósiles y financiamiento; y (+) El texto de decisión final de la COP26 incluye, por primera vez en su historia, el fin al carbón y subsidio a los combustibles fósiles.

Las negociaciones internacionales entregan un marco para poder implementar medidas a nivel nacional, permiten ‘rayar la cancha’. Muchas de las políticas nacionales que tenemos en Chile sobre cambio climático no existirían sin el Acuerdo de París (o el anterior Protocolo de Kioto). Así como tampoco existiría el financiamiento para desarrollar muchos de los avances del país (o en otros países en desarrollo).

Ahora bien, también es necesario poner sobre la mesa que la ambición climática actual no nos alcanza. Los compromisos internacionales siguen sin estar alineados con la meta de 1,5°C y eso, según la ciencia, es catastrófico. Pero ¿vendrá desde este espacio de multilateralismo y negociaciones internacionales la ambición que necesitamos?

Si me preguntan a mí, yo creo que no. Y es aquí donde el rol de la ciudadanía, la sociedad civil y la ciencia es fundamental. Son estos sectores quienes han estado, y seguirán estando, moviendo las barreras de la ambición. Las negociaciones son fundamentales, así como lo son las políticas públicas a nivel nacional, la movilización de recursos, las alianzas internacionales, entre muchas otras, pero es en la articulación, movilización y empoderamiento de la sociedad desde donde han venido y vendrán los resultados que necesitamos (en este y muchísimos otros temas).

Por eso, además, es tan fundamental la presencia, participación e incidencia de los actores no gubernamentales en las negociaciones internacionales, quienes -a través de su rol de observadores- tienen la posibilidad de aportar al proceso de multilateralismo. Sin embargo, esta no es una tarea sencilla debido a la complejidad de los temas, la brecha de participación y el poco financiamiento disponible para esto.

Tenemos muchos desafíos, pero también debemos tener la convicción y esperanza proteger nuestro planeta, no solo para las futuras generaciones, sino que para la nuestra también. La crisis climática y ecológica no es un problema que vendrá; es uno que llegó (avanzando a pasos agigantados). Y nos necesitamos a todas y todos para solucionarlo.


[1] Greta Thunberg tuiteó: “La #COP26 se acabó. Aquí hay un breve resumen: Bla, bla, bla. Pero el verdadero trabajo continúa fuera de estos pasillos. Y nunca nos daremos por vencidos, nunca” https://twitter.com/GretaThunberg/status/1459612735294029834?s=20

[2] Alok Sharma, presidente de la COP26, tuiteó: “Estoy increíblemente agradecido con todos los que nos han ayudado a llegar hoy a Glasgow. Pero esta es una victoria frágil” https://twitter.com/AlokSharma_RDG/status/1459669136242622476?s=20

[3] Para más información, ONG CEUS Chile ha publicado un reporte sobre la Conferencia. “COP26 – Un análisis extenso desde la juventud” disponible en: https://www.ceuschile.cl/wp-content/uploads/2021/11/COP26-un-analisis-desde-la-juventud.pdf