Estudiantes innovadores de la Universidad Austral de Chile trabajan en tecnología para monitorear aguas residuales, utilizando como principal insumo la nalca. En el mediano plazo, esperan poner este desarrollo a disposición de habitantes de sectores rurales y vulnerables del país, donde el acceso al agua potable aún es restringido.

La contaminación por metales pesados y metaloides en recursos hídricos es una problemática que compromete la seguridad alimentaria y pública a nivel mundial. Hierro, mercurio, plomo, cadmio, manganeso, son algunos de los elementos que se presentan en el agua y pueden ser perjudiciales para las personas, en especial, de comunidades rurales y vulnerables de Chile, donde el agua es un bien esquivo.
En el país se sabe que un 47,2% de la población rural no tiene abastecimiento formal de agua potable.
Un biofiltro desarrollado por alumnos de la Universidad Austral de Chile, que tiene como principal elemento la nalca, una planta ornamental y comestible, con propiedades antioxidantes, pretende cambiar esta realidad.
El grupo de químicos y químicas está conformado por Marcela Cañoles, Ricardo López, Nathalia Alarcón y Verena Cárdenas, quienes lideran un proyecto que busca hacerse cargo del monitoreo y gestión de aguas contaminadas, especialmente, en sectores rurales y de escasos recursos.
“Una de las problemáticas de la escasez hídrica es la ineficiencia o inexistencia en el monitoreo y gestión de aguas contaminadas, especialmente en sectores rurales y de escasos recursos. Econalca ofrece principalmente un sistema de filtración de aguas contaminadas por metales, removiendo la presencia de hierro y manganeso”, explica Ricardo López.
Otra característica de esta innovación, según detalla el equipo, es que cuenta con carbón activado, elemento que posee características para mejorar las propiedades organolépticas. Además, es capaz de eliminar el cloro libre y pequeñas partículas en suspensión.
El primer prototipo estará disponible en diciembre de este año, el cual contempla tres elementos importantes.
“Primero, una especie de “cápsula” contenedora que otorga la impermeabilidad del filtro, luego tenemos el esqueleto del filtro en sí, de forma cilíndrica, el cual contiene el tercer elemento, el sistema de discos, diseñado especialmente para separar los materiales filtrantes, grava, arena, carbón activado y nalca, estos discos tienen la particularidad de ser extraídos del esqueleto del filtro, para poder ser lavados y reutilizados, alargando su vida útil”, comenta López.
De la Hackatón a la solución
La Hackatón por el Agua, liderada por la Universidad de Chile, se llevó a cabo entre el 25 al 27 de junio de 2021 y los tres mejores equipos de este evento pasaron a ser incubados para que su propuesta se transforme en un producto.
Inicialmente, estaban en conocimiento de que algunas localidades de la costa del sur de Chile extraen agua directamente de arroyos y ríos sin previo tratamiento, como consecuencia de la poca accesibilidad a este recurso vital, pero, al participar del curso “Desafíos de Innovación para el Desarrollo Sustentable”, impartido por la Universidad de Chile, se dieron cuenta de que esta problemática existe a lo largo de todo el país.
“Creemos que es nuestro deber informar a estas localidades sobre el daño que puede generar un consumo prolongado de aguas prístinas sin tratamiento, y ayudar a la comunidad desde nuestras bases científicas. La Hackatón por el Agua nos incentivó a utilizar nuestros conocimientos para desarrollar una solución accesible, sustentable y ecológica para ayudar a solucionar la escasez hídrica de nuestro país”, explica este equipo.
Con este desarrollo esperan ayudar a localidades sin acceso a agua potable, reduciendo el impacto de contaminantes en el agua a través de un sistema de purificación económico, ecológico y sostenible.
Por Valeria Osorio Ureta, Comunicaciones OpenBeauchef