Esta entrevista con Javier Liberman, fundador de Wizz (los alineadores dentales de la empresa Tecdent SPA), se realiza en el piso 10 de un edificio del centro de Santiago. Si la hubiéramos hecho hace un año, probablemente habría sido en el espacio de coworking de OpenBeauchef (OB).
Es que hace 12 meses el escenario era absolutamente diferente: Javier, ingeniero civil en computación, ocupaba una mesa en OB, trabajaba en un proyecto que no se parecía al de hoy y ni siquiera había un equipo conformado. «Cuando empecé, todas las semanas me ponía a llorar, nada resultaba, era una frustración terrible», recuerda Javier.

En esa época Wizz se había adjudicado un Semilla de CORFO, un financiamiento que resultó ser también un mecanismo disuasivo al abandono. «Si no hubiera sido porque teníamos un fondo que rendir, yo habría tirado la esponja», señala. Agrega que: “Es penca ganarte un CORFO, dejando a otro postulante fuera, y después no usarlo».
Hoy Wizz está en un muy buen momento: funciona como empresa, tiene ventas, oficina, 3 centros de escaneo en Chile y pretenden abrir oficinas en el extranjero. Actualmente ofrecen un servicio de ortodoncia invisible para mejorar la alineación de los dientes y la mordida.

¿Cómo funciona? El cliente va a un centro de Wizz, donde escanean su dentadura, para que posteriormente odontólogos y ortodoncistas revisen las imágenes y el tratamiento. Finalmente el usuario recibe en su casa su pack de alineadores, los que tiene que cambiar cada 2 semanas, usando un total de 8 en 4 meses; en ese momento finaliza el tratamiento, con una «sonrisa alineada».
Javier aclara que más allá de los instrumentos plásticos, la propuesta de valor está en el software de inteligencia artificial que ayuda a planificar el tratamiento.
El buen momento de Wizz
La empresa ya ha atendido a 500 personas. Partió 2018 vendiendo un millón de pesos al mes y hoy espera cerrar enero con ventas superiores a los 50 millones de pesos. No solo eso, comenzó la etapa de escalamiento: centros en Antofagasta y Viña del Mar acompañan la sucursal que ya tiene en Santiago y este verano quieren llegar también a Concepción.

Fuera de Chile los ojos están puestos en Argentina, Brasil, México y Colombia. «Decidimos que íbamos a abrir operaciones en todos de estos países al mismo tiempo, resulte o no», sentencia el gerente general de la empresa.
Con todos estos antecedentes, anticipamos que el fundador de esta solución está conforme y satisfecho, y aunque algo de eso hay, su respuesta sorprende: «Ahora es más fome. Cuando estás en el día cero, cuando todo no funciona, por más que lo intentes, hay más emoción. Ahora que crecimos un poco, es más fome».
Pero antes de crecer, cuando todo era cuesta arriba, Wizz ingresó a OpenBeauchef. «El apoyo más tangible fue el espacio físico, tener un lugar donde trabajar. Pero después, uno se da cuenta que la ayuda más grande son los consultores y mentores, sirve mucho tener a alguien con experiencia con quien puedes conversar», dice Javier Liberman.
Agrega que el contacto entre los emprendedores también fue parte fundamental. «El networking, compartir vivencias con personas que están en lo mismo que tú, te nutre un montón». Cuenta además que aún mantiene contacto con Calce y Allest, otros emprendimientos OB.
Con todo, Javier sabe que queda trabajo por hacer. «El plan es vender la empresa en 100 millones de dólares y aún falta mucho, estamos trabajando para eso. Nuestras esperanzas están en Brasil y México», finaliza.