Geotermia: Energía renovable para el desarrollo del país

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 El Dr. Diego Morata, director del CEGA, se refiere a diferentes temas que están marcando la agenda energética del país, entre ellos, las energías limpias, la adjudicación del ITL, y el trabajo que están realizando como centro para contribuir al país y su nexo con el FabLab U.Chile.

 

La energía es un factor clave y estratégico para alcanzar las metas de desarrollo económico y social que el país busca. Esto, ha llevado a trazar políticas en la materia que permiten delinear un camino, incorporando diferentes actores, variables, saberes e instituciones.

La Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile cuenta con el Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA), que lidera diferentes estudios en este ámbito. Uno de ellos se dio a conocer recientemente y aborda el potencial que tiene Puyuhuapi para instalar una planta geotérmica de cogeneración eléctrica.

El profesor Diego Morata, director del centro, aborda diferentes ejes que hoy están marcando la discusión en el ámbito energético. Por este motivo, no dudó en dar su opinión respecto a la adjudicación del Instituto de Tecnologías Limpias (ITL), que Corfo confirió al consorcio Associated Universities Inc (AUI).

“Creo que se pierde la oportunidad de la independencia y soberanía científica. Creo, además, que es una muy mala señal ya que se pierde una oportunidad de desarrollo importante para el consorcio de universidades chilenas, entre la que estaban la UCH y la PUC, para potenciar la innovación en Chile”, indica.

En esta línea, el académico plantea que han existido muchos intereses no científicos en esa adjudicación, por lo que confía que la Contraloría pueda revertir este resultado.

La importancia de diversificar la matriz energética

Por otra parte, se refiere a la relevancia que tiene para las naciones la incorporación de energías limpias en su matriz energética y sus repercusiones en ámbitos tan diversos como el económico, social y ambiental, en especial, cuando el cambio climático parece no dar tregua.

“En estos últimos años, hemos visto cómo las diferentes sociedades y países han empezado a tomar conciencia sobre los efectos del cambio climático. Sin lugar a duda, el antropoceno es una realidad y un concepto ya instaurado y aceptado por la comunidad científica, así como el gran efecto que la quema de combustibles fósiles tiene en el aumento de emisión de gases efecto invernadero y la notable huella de carbono que ello conlleva. Con este panorama, y mirando un horizonte próximo que busque mitigar los efectos que un aumento aún mayor de la temperatura del planeta tendría sobre los ciudadanos, se ha promovido el uso de energías limpias que permitan disminuir la dependencia de los combustibles fósiles. Además, estas energías limpias están presentes, en mayor o menor medida en todos los países, permitiendo una suerte de ‘soberanía energética´, lo que tiene claros beneficios sociales y económicos y, por supuesto, ambientales. Sin lugar a duda, creo que la era de los combustibles fósiles está llegando a su fin y se viene con fuerza una masiva generación de electricidad mediante energías renovables, limpias y sustentables con el medio ambiente”, detalla.

Un estudio de The New Energy Outlook, publicado por Bloomberg New Energy Finance, pronosticó que las energías renovables serán la manera más barata de producir electricidad para el año 2040, con una reducción del 60 por ciento para la energía fotovoltaica y un 41 por ciento para la eólica, y que esta meta se alcanzará en muchos países durante la década del 2020.

Ante este escenario, el investigador de la FCFM indica que, en los últimos años, el precio de la generación de electricidad con energías renovables no convencionales (ERNC) ha ido bajando en Chile y, de hecho, hoy día se puede afirmar que el potencial solar de nuestro país se está desarrollando a una gran velocidad dado estos menores precios. Ahora, hay un tema importante a considerar y que tiene que ver con la variabilidad de algunas de las ERNC.

“Es necesario tener ERNC que den estabilidad al sistema eléctrico y, ni la fotovoltaica ni la eólica cumplen con esa característica. Y es aquí donde la geotermia debiese jugar un papel principal. Es un hecho de la causa que instalar una planta de 40 MWe con fotovoltaica o eólica es mucho más barato que si fuese una planta geotérmica con una potencia instalada de también 40 MWe, pero esta última fuente para generar electricidad tiene la ventaja de ser estable, no tener dependencia estacional y ocupar un espacio mucho menor que el equivalente en fotovoltaica o eólica. Es un balance complejo por resolver, ya que, si todo el sistema de generación de electricidad está totalmente regulado por el mercado, veo difícil una entrada importante de la geotermia dentro de nuestra matriz energética. Es de esperar que la nueva Constitución de mayores atribuciones al Estado y podamos poner en la balanza económica criterios tales como sustentabilidad, equidad y seguridad energética”, sentencia.

El experto también aborda el rol que debiesen jugar internet o el big data, remarcando que su uso debe aprovecharse para poder optimizar la forma que, como país, se debe enfrentar para dar una respuesta satisfactoria a los ciudadanos.

 El potencial de la geotermia en Chile

 Un estudio liderado por CEGA se encuentra indagando cuáles son las condiciones necesarias para desarrollar una planta sustentable de cogeneración geotérmica en el sur del país. Respecto a esta pesquisa, el docente comenta que el país tiene un gran potencial geotérmico para generación de electricidad, distribuido a lo largo de todo su territorio.

“Un estudio realizado hace algunos años por el CEGA, y que estamos ahora en un proceso de refinarlo con nuevas metodologías de cálculo, apunta a que el potencial geotérmico para generar electricidad en Chile sería del orden de unos 40.000 MWe. Es evidente que no es realista pensar que se podrían llegar a instalar todo ese potencial en Chile. Pero, por otro lado, es triste reconocer que, a pesar de ese inmenso potencial, hoy sólo hay una planta de generación de electricidad mediante geotermia en el norte, Cerro Pabellón, con una capacidad instalada de 48 MWe y en etapa de expansión durante este 2021 a otros 33 MWe adicionales”, plantea Morata.

El docente plantea que, si el país tuviera las condiciones económicas adecuadas, en un plazo razonable de unos 20-30 años, Chile podría fácilmente tener unos 2000 MWe de generación de electricidad con geotermia que, según señala, es una energía que aporta estabilidad al sistema y permitiría reemplazar con toda tranquilidad los miles de MWe que hoy día se generan a partir del carbón.

En el sur, esta fuente de generación es una realidad que necesita ser analizada desde otra perspectiva, no solamente de la rentabilidad económica.

“Nuestros estudios están mostrando que es posible, desde el punto de vista técnico, implementar pequeñas plantas de generación (y co-generación) geotérmica en el sur. Estamos hablando de plantas que ocupan muy poco espacio, por lo que el impacto ambiental es mínimo, y que permitiría tanto la generación de electricidad como de calor, pudiendo ser utilizado para, por ejemplo, calefacción distrital. En el sur de nuestro país, la radiación solar no es intensa y estamos viendo que, con las reducciones de precipitaciones, nuestros ríos ya no llevan los caudales que se veían en años anteriores”, detalla.

A lo anterior agrega que: “También, como sociedad, hemos demostrado que el Sur de Chile no quiere mega-proyectos que impactan fuertemente en el medio ambiente. Por lo que, sin lugar a duda, la geotermia debiese tomarse la agenda de la matriz energética de esta zona de nuestro país, ya que el potencial está bajo nuestros pies. Sólo se necesita la voluntad política de hacerse cargo de lo que esa fuente de energía permitiría: una independencia energética importante, dando seguridad y estabilidad a nuestra matriz eléctrica. Y, por supuesto, si hablamos de generación de calor (uso directo de la geotermia), permitiría descontaminar nuestras ciudades y reducir considerablemente el consumo eléctrico asociado a la calefacción domiciliaria”.

Finalmente, comenta sobre el trabajo colaborativo que han realizado junto al FabLab, equipo con el que están trabajando en un proyecto para retirar las estufas de combustión a leña en salas de clases del sur del país.

“En este sentido, lo que se desarrolló junto a FabLab fueron, efectivamente, una serie de sensores de muy bajo costo, pero muy efectivos, que nos permitieron poder armar la línea base de, por ejemplo, la cantidad de material particulado en salas de clase calefaccionadas con estufas a leña. Es el inicio de una cooperación que no ha hecho más que empezar, ya que nos hemos dado cuenta del potencial que tenemos en nuestra FCFM y, en particular, en el FabLab para desarrollar estas tecnologías, a muy bajo costo, ganando en experiencia y autonomía”, sentencia.

Comunicaciones OpenBeauchef

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