- Un alga que crece en aguas frías y que se encuentra en océanos de todo el mundo, permitiría la generación de bioetanol, transformándose en una alternativa a los combustibles tradicionales en momentos de crisis. Una investigación liderada por la profesora María Elena Lienqueo del Centro de Biotecnología y Bioingeniería, CeBiB.

La inflación y la guerra de Rusia y Ucrania se encuentran entre los factores que influyen en el alza de los combustibles, lo que llevó al gobierno a duplicar los recursos del Mecanismo de Estabilización de los Precios de los Combustibles, Mepco. Un escenario del que Chile no está al margen, por lo que la búsqueda de alternativas para la matriz energética es una realidad permanente ante los vaivenes e incertidumbres.
La Dra. María Elena Lienqueo Contreras, investigadora del Centro de Biotecnología y Bioingeniería, CeBiB, centro de excelencia con el que OpenBeauchef, centro de innovación y emprendimiento de la FCFM tiene vínculos de trabajo en materia de transferencia tecnológica, lidera un trabajo que podría a largo plazo permitir al país contar con una alternativa a los combustibles tradicionales.
A partir del alginato y otros polisacáridos de algas, que se encuentran desde la región de Coquimbo hasta Chiloé y que poseen fuentes de carbono, pudieron desarrollar bioetanol en una dinámica de economía circular y extrayendo simultáneamente otros compuestos de interés como son los florotaninos. Un interés que siempre han tenido, en especial, porque son conscientes del impacto que tiene este tema en el bolsillo de las personas y la economía de los países.
“La historia de los biocombustibles depende del precio del petróleo y nos interesamos en este producto. Hicimos varias pruebas para ver cómo se podrían extraer en forma simultánea polisacáridos desde algas y florotaninos, que tienen varias propiedades relevantes, entre ellas, antioxidantes. El proceso resulta ser un proceso amigable, porque, por un lado, produces etanol y, por otro lado, usas una parte de este y el resto puede ser usado como biocombustible que reemplace a la gasolina”, detalla la académica.
Dado que el proceso es complejo y costoso, vieron la posibilidad de que de una misma etapa pudiesen salir aplicaciones en otra línea que fuesen beneficiosas para otras industrias, reduciendo al mínimo los desechos o reutilizándolos.
Actualmente, se encuentran en conversaciones para escalar el proceso que ya cuenta con una patente de invención, lo que permite resguardar el trabajo que realizan al alero de la Universidad de Chile.
Respecto a cómo este trabajo les permite posicionar a la ciencia local, la Dra. Lienqueo explica que en su rol de investigadora tienen la responsabilidad de publicar y participar en congresos, lo que les permite dar a conocer su trabajo en otros sitios y con otros equipos de trabajo, teniendo en el último tiempo una aproximación con equipos de científicos de Asia, donde el trabajo con algas tiene un largo periodo.
Por Valeria Osorio Ureta