El proyecto, llamado «Keracycle», tiene como objetivo reciclar este elemento, del cual sólo en chile se generan más de 54 mil toneladas anuales y que son entregados como alimento para salmones, destinadas a rellenos sanitarios o simplemente, desechados.
En nuestro país, la industria avícola genera más de 54 mil toneladas anuales de plumas como desechos, materiales que son escasamente reutilizados y terminan siendo mezclados con otros residuos o entregadas como alimentos para salmones o destinadas a rellenos sanitarios. En otras ocasiones son simplemente incineradas para su eliminación, perdiendo la oportunidad de generar productos con un mayor valor agregado.
Anteello, estudiantes de la U. de Chile buscan renovar la industria del plástico a partir de la producción de un material sostenible (en este caso bioplástico degradable) a partir de estas plumas de aves residuales, que son desechadas por la industria. Las plumas están hechas en un 80% de queratina y, en este caso, la producción resulta del proceso de obtención de esta proteína mediante la hidrólisis de las plumas. La queratina, también puede ser obtenida de pelos, pezuñas o fuentes vegetales.
“El ‘Keracycle’ se consigue al desintegrar la pluma hasta sus formas moleculares, para posteriormente separar selectivamente la queratina. El uso que se les puede dar a los bioplásticos que buscamos generar va a depender de su nivel de pureza y los tratamientos que se generen. La queratina puede ser incluso biocompatible y se podría utilizar hasta para propósitos biomédicos, si es que tiene una pureza muy alta y se da el tratamiento requerido, pero a menor escala se puede utilizar para envoltorios, para envases y todas esas cosas que son de un solo uso”, detalla Constanza Lizama, integrante del proyecto.
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