País Circular: Keracycle – el proyecto estudiantil que busca convertir las plumas de ave en bioplásticos

Un grupo de cuatro estudiantes de la Universidad de Chile espera tener listo durante este primer semestre un prototipo mínimo viable de bioplástico a partir de plumas desechadas por la industria avícola. En un plazo cercano el objetivo es formar una empresa y producir cajas, envoltorios, envases y objetos de uso cotidianoque reemplacen al ácido poliláctico. A futuro, en una meta más ambiciosa, la idea es apuntar hacia la producción de insumos biomédicos como apósitos, por ejemplo.


Cerca de 54 mil toneladas anuales de plumas genera la industria avícola como residuos de sus procesos productivos. Estos materiales, de altas propiedades benéficas, comúnmente son dispuestos en rellenos sanitarios o entregados como residuos como alimentos a salmones. Para peor, muchas veces son incinerados, desaprovechando así el potencial para abastecer a otras industrias.

Sin embargo, un proyecto científico e innovador de cuatro estudiantes del Departamento de Ingeniería Química, Biotecnología y Materiales de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile pretende conducir el destino de estos residuos a mejores horizontes. En efecto, Loreto Flores, Cayetana Zamorano, Francisco Quezada y Constanza Lizama lideran el proyecto Keracycle, el cual pretende producir bioplásticos a partir de las plumas de la industria avícola, específicamente de la queratina, una proteína de alto valor.

“En la universidad teníamos que desarrollar el proceso de una planta en un diseño innovador. Nos pusimos a pensar y a todos nos gustaba el desarrollo de nuevos materiales. Decidimos hacerlo con materia prima que se estuviese desechando actualmente. En nuestras prácticas descubrimos que había muchas plumas usadas como residuos por la industria agrícola. Cuando notamos la composición de la pluma, nos dimos cuenta de que era viable para hacer nuevos materiales y nos fuimos por ese camino”, revela Constanza Lizama, una de las integrantes del equipo.

En esa pesquisa advirtieron de que el 80 por ciento, e incluso el 90%, de las plumas están compuestos de queratina. Y ésta, a su vez, “puede formar estructuras en tres dimensiones complejas: su ligereza se da por la molécula de la pluma es medio hueca, lo que la convierte en un mejor aislante que otros materiales usados para fabricar bioplásticos”, agrega Lizama. Ella piensa en los bioplásticos hechos a partir de ácido poliláctico, el que, según ella, “ocupa fuentes vegetales, consumen mucho suelo y muchos requerimientos hídricos”.

En cambio, la queratina “es más ligera que el ácido poliláctico, con las pruebas vamos a poder determinar la calidad del material y cómo será más competitivo que el ácido poliláctico”.

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