A partir del reciclaje territorial los emprendedores desarrollaron un modelo de compensación social que les permitió crear las primeras rampas sustentables de hormigón verde en el país, contribuyendo a crear ciudades más amigables e inclusivas, especialmente, para las personas mayores.
Las ciudades de Latinoamérica se caracterizan por su extrema desigualdad e inequidad, transformándolas en espacios donde conviven las oportunidades y problemas. A las dificultades de administración y gestión urbana, se suman los inconvenientes asociados a temáticas ambientales y también de inclusión social. Estos últimos, plasmados en complicaciones de acceso a infraestructura y transporte.
¿Qué pasa con la población mayor? En este grupo el problema se agudiza, ya que son más propensos a sufrir accidentes domésticos. Por ejemplo, se estima que uno de cada tres personas mayores sufre una caída al año, perjudicando su autosuficiencia y posibilidad de desplazarse libremente.
Para enfrentar esta situación, ReBuilding, una de las 40 iniciativas seleccionadas en el programa de incubación OpenSeniors, desarrolló un modelo de compensación social para cada construcción, ayudando de esta manera a las familias y también a las comunidades.
Y es que este tema para ellos es relevante, ya que detectaron que el 3% de las personas mayores que sufre caídas puede morir. Según antecedentes manejados por esta startup, ese tipo de accidentes pueden causar la muerte de 40.000 personas al año en el país.
El 97% restante que sufre caída y no muere queda con problemas graves de salud física y cognitiva, destacándose la fractura de muñeca, la fractura de cadera y los traumatismos encéfalo craneano. Esto genera hospitalización, dependencia y al poco tiempo postración, un problema de salud pública en Chile y el mundo.
Javier Rojas, CEO de la startup, explica que crearon para cada obra de construcción un modelo de compensación social que ayuda a las familias y a los territorios que circundan la obra. Reciclando los residuos de la misma, crearon las primeras rampas sustentables de hormigón verde del país.
“Con esto reconstruimos la calidad de vida de las personas, mejorando su movilidad y su desplazamiento a nivel urbano público, acceso a consultorios, acceso a plazas, acceso a iglesias, pero sobre todo nos ayuda a mejorar la accesibilidad al interior de los hogares de las jefas de hogar, porque es ahí donde se produce el 80% de las caídas. Entonces, mejoramos el autocuidado de las jefas de hogar”, indica.
Además, agrega que “el impacto es que nuestro modelo de compensación social, sumado a una plataforma de inteligencia artificial que tenemos, nos permite poner a los residuos de cada obra de construcción en un mercado de oferta y demanda, donde la oferta la pone cada obra de construcción con sus residuos y la demanda la pone la ciudadanía, donde ellos dicen la demanda que necesitan de estas rampas para mejorar su accesibilidad, tanto en su casa como en la parte pública”.
Para Javier Rojas esta serie de decisiones les ha permitido crear un match perfecto entre la oferta de residuos y la demanda de la gente, desarrollando el concepto de reciclaje territorial social.
“Todos los residuos que reciclamos nos permiten hacer obras en el mismo territorio. Entonces, el impacto que vamos a generar es que obviamente vamos a mejorar la movilidad de las personas, en la parte urbana pública, mejorar su acceso a las plazas, a las iglesias, y sobre todo tener una importante accesibilidad al interior de su hogar”, expresa.
Por Comunicaciones OpenBeauchef