El director del Centro de Estudios del Retail, Marcel Goic, plantea que los emprendimientos que van en esta línea siguen abriendo múltiples interrogantes y desafíos, que podrían derivar en nuevos diseños para crear valor en las empresas.

En el último tiempo se habla mucho de sustentabilidad y de modificar la matriz productiva del país, de modo tal que los lineamientos económicos estén en sintonía con desafíos igualmente importantes, como el cuidado del medio ambiente y el bienestar de la sociedad.
Una apuesta que al parecer iría en esta línea son los denominados emprendimientos de triple impacto que, según explica el profesor Marcel Goic, director del Centro de Estudios del Retail del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, “es aquella que cumple con tres objetivos complementarios de desarrollo social, ambiental y económico. La lógica subyacente a este objetivo múltiple es la generación de organizaciones que sean sostenibles en el tiempo”.
Respecto a qué dificultades considera que enfrentan actualmente este tipo de empresas, versus las tradicionales para posicionarse, el investigador y experto en Marketing Cuantitativo señala que no hay un problema de posicionamiento, sino que de diseño.
“En el nivel más básico, hay un desafío de coordinación entre estos objetivos. Algunas firmas pueden tener soluciones muy sólidas para algunos objetivos, pero no tener las capacidades o las tecnologías para cumplir con otros. En un nivel un poco más problemático, los objetivos podrían ser contrapuestos en el corto plazo. Por ejemplo, procesos de manufactura favorables desde un punto de vista ambiental podrían requerir niveles de inversión mayores que desafíen las metas económicas”.
En ese sentido, agrega que “de esta forma, para concebir una empresa de triple impacto exitosa no basta con expansiones marginales a los modelos de negocios y se requiere pensar la estrategia desde sus fundamentos”.
Modificar la matriz productiva
La idea de modificar el modelo de desarrollo del país es una historia de larga data. Diferentes expertos, nacionales e internacionales, junto con políticos y académicos, han enfatizado en la importancia de salir del extractivismo de los recursos naturales para pasar a un modelo basado en el conocimiento.
Pero ¿cómo contribuyen los emprendimientos de triple impacto en este camino?
“Partiría por defender el componente de desarrollo económico que hoy en día no sufre de muy buena prensa. Para poder crear valor económico, una compañía necesita diseñar bienes o servicios que brinden mejores prestaciones que los ya existentes, lo que en general debiera redundar en un mayor bienestar para la población en su conjunto. Habiendo dicho eso, las otras dos componentes son también importantes y estuvieron por mucho tiempo relegadas a un segundo plano”, afirma.
A lo anterior, añade que “muchos de los anhelos de cambios a los modelos de desarrollo existentes precisamente abogan por considerar más integralmente las condiciones ambientales y sociales para proyectarse en el largo plazo”.
Asimismo, recalca que “aspirar a generar beneficios simultáneos en estas tres dimensiones puede ser muy desafiante y algunas firmas se están moviendo a una meta menos ambiciosa de generar valor en algunas y ser neutral en otras. En este sentido, los emprendimientos de triple impacto nos sirven de ejemplo para pensar nuevas formas de concebir los procesos de creación de valor”.
Finalmente, sobre el rol de las universidades, en especial la Casa de Bello, plantea que “el diseño de organizaciones con triple impacto es muy desafiante, con muchas preguntas que aún no tenemos bien resueltas. En ese sentido, creo que las universidades pueden jugar un rol clave en pensar esos desafíos y en postular nuevas formas de diseño”.
Por Valeria Osorio