Es el resultado de un programa piloto que implementó Calce.org en el Instituto de Rehabilitación Pedro Aguire Cerda, destinado a introducir tecnologías al proceso de fabricación de prótesis, que en nuestro país se realiza en forma manual. El equipo demostró la efectividad de un método que resulta ser más rápido, económico y personalizado.
La implementación duró 6 meses: hoy hay 20 pacientes caminando y el método tecnológico implementado por Calce.org (escáner 3D del muñón, impresión 3D del socket y una plataforma web de trabajo, que comunica a doctores, protesistas y fabricadores) demostró ser sustentable. Pero no todo fue sencillo.
Pacientes tratados
“Estaba consciente que iba a ser un desafío, pero nos encontramos con más inconvenientes de los que esperábamos”, explica Andrés Sanhueza, ingeniero de la U. de Chile y director ejecutivo de Calce.org.
Agrega que el principal problema con el que se encontraron fue la rotura de las cavidades. “Y si se quebraban, se caía todo; o sea, por más que yo conversara con la doctora, que el protesista aprendiera a usar el sistema, etc., si se rompían todo el proyecto se hundía, porque ese era el core de nuestro emprendimiento”.
Luego de varias investigaciones y pruebas, encontraron un material más flexible y decidieron usar un parámetro de impresión idóneo. “Hasta el momento, el paciente que más tiempo lleva usando el material nuevo -unos tres meses- no ha tenido problemas”, reconoce el director ejecutivo de Calce.org.
Cavidades impresas en 3D
Sobre su pertenencia a OpenBeauchef (OB), Andrés explica que sin este programa nadie les hubiera confiado una responsabilidad tan grande. “La Universidad y OB nos asistió en muchos aspectos: nos albergaron en el espacio y nos ayudaron en la gestión correcta del proyecto. También nos dieron el impulso para armar la plataforma web a través del curso Proyecto de Software. Estamos muy agradecidos de este apoyo”.
Las repercusiones del piloto
La respuesta de los profesionales del Instituto de Rehabilitación Pedro Aguirre Cerda (INRPAC) y del Ministerio fueron muy positivas. Pero quizás lo más valioso es la emoción con la que los pacientes fueron recibiendo sus prótesis, la mayoría de ellos estaba en silla de ruedas y todos llevaban más de un año en espera.
Andrés lo describe: “Estaban súper agradecidos porque iban a poder caminar. Nos ofrecieron huevos de campo, nos invitaron a asados en sus casas, se ponían a llorar. Fue una experiencia muy bonita. No solo la persona se emocionaba, también su acompañante, y detrás de cada uno hay familias, entonces el impacto específico fue en 20 pacientes, pero finalmente a unas 80 ó 100 personas les cambió la vida”.
Andrés Sanhueza trabajando con profesionales del INRPAC
A nivel personal, ¿Qué significó este trabajo? “Estoy satisfecho y contento, porque 20 pacientes que no estaban caminando lo están haciendo gracias a nosotros y con eso contribuimos a la sociedad. Además, está demostrado que esto funciona”, concluye Andrés Sanhueza.
Tanto es así que en el INRPAC y otras instituciones como la Teletón y la Mutual de Seguridad están interesados en seguir con este sistema, que demostró ser una alternativa eficiente para cientos de personas que esperan largo tiempo para poder obtener una prótesis en el sistema público.